Tres historias, tres emociones en torneo continental

Era una noche llena de nervios y esperanzas para el fútbol colombiano en torneos continentales. Los estadios se encendieron para recibir partidos importantes. Desde Medellín hasta Cali, pasando por Manizales, cada rincón vibró con la ilusión de avanzar en torneos tan exigentes como la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana. La afición y el ruido hicieron de esta jornada un verdadero festival de emociones.
Arrancando por la Libertadores, en el Atanasio Girardot, Atlético Nacional se midió con São Paulo por la ida de octavos de final. La noche prometía y no defraudó. Hinchas al rojo vivo, gritos, banderas y una ilusión desenfrenada. El partido estuvo lleno de intensidad, con Nacional insistiendo una y otra vez, pero sin fortuna. El marcador terminó 0-0, aunque lo realmente recordado fueron dos penales fallados por Edwin Cardona, un par de remates que estallaron en el palo y un arquero brasileño muy atento. Pese a todo, el equipo Verdolaga llegó vivo a la serie y todo se definirá la próxima semana en el Morumbí.
En contraste, en Manizales, Once Caldas vivió una de esas noches de fútbol que hacen querer abrazarse con todos los hinchas. El rival fue Huracán, en un duelo cerrado que se abrió gracias a un penal bien ejecutado por Dayro Moreno. Ese 1-0 final le da al Blanco-Blanco una ventaja más que valiosa para llevar a Buenos Aires la próxima semana. Además, el gol de Dayro lo acerca más a las leyendas del club, y la hinchada sueña fuerte con avanzar a cuartos.
Pero no todo fue alegría. En Cali, América recibió a Fluminense. Apenas al minuto 7, un autogol comprometió el orgullo escarlata. Tranquilamente, Fluminense controló y luego terminó sentenciando el 2-1. América logró descontar sobre el final, pero la serie queda complicada. La desventaja, esa sensación de remontada obligada, ya está presente.
Entonces, ¿qué nos dejó la jornada? Hay tres historias que conviven. La de Nacional, dominante, pero sin premio. La de Once Caldas, eficaz y precisa y la del América, con errores que cuestan caro. Cada una refleja el drama y la pasión del fútbol sudamericano. La Libertadores avanza con todo, y la Sudamericana parece ofrecernos guiones de serie en cada estadio.
Pensando un poco más allá, Nacional necesita ajustar la mira y perfeccionar la efectividad, especialmente en momentos clave como los penales. Once Caldas ya puso un pie en la otra ronda, aunque nada está sellado, el 1-0 siempre da respiro, pero no desprecios. América de Cali debe revisar su zona defensiva, porque un descuido cuesta más cuando enfrentas un rival con oficio y contundencia como Fluminense.
Mientras tanto, las revanchas ya están agendadas. Nacional viajará a São Paulo con todo por recomponer. Once Caldas irá a Buenos Aires con la obligación de mantener el discreto margen. América, con más desventaja, deberá demostrar que el espíritu escarlata resiste la adversidad. La próxima semana nos promete noches de fútbol y corazones latientes.



